8M: Un día para recordar que estamos juntas

Hoy es el día en que las luchas de las mujeres resuenan con más fuerza. Se hacen más visibles las desigualdades sociales, educativas y económicas que se viven a diario en distintos rincones del mundo. Mientras en algunos países se celebran avances, en otros conmemoramos con dolor a aquellas que ya no están. Pedimos justicia, seguridad, libertad. En algunos lugares, incluso el derecho a expresarse sigue siendo un privilegio inalcanzable.

Hoy es un día de unión, de voces que se alzan sin miedo. Pero me surge una pregunta inevitable:

¿Y el resto del año, qué podemos hacer?

Porque la lucha no es solo del 8 de marzo. Todas tenemos historias diferentes, infancias distintas, privilegios diferentes, carencias que nos marcaron y sueños que nos impulsan, todos únicos como lo somos nosotras. Entre tantas diferencias, hay algo que nos une: la fuerza interior, la resiliencia que nos permite renacer como el ave fénix, una y otra vez.

Pero hay una verdad incómoda que no podemos ignorar. En un país,  donde el patriarcado y el machismo han predominado por siglos, a veces el mayor enemigo de una mujer es otra mujer.

Podemos empezar por ser esa mujer que:

• No juzga la apariencia de otra.
• No juzga el cuerpo de otra.
• No apaga la luz de otra para brillar.
• Festeja los triunfos de las demás.
• No critica las decisiones de otra.
• No juzga preferencias ni credos de otra.

Construyamos sororidad cada día

Hoy es un recordatorio de que la lucha no termina aquí. Podemos elegir cada día ser mejores mujeres para otras mujeres. Crear redes de apoyo reales y sinceras. Transformar la competencia en alianza. Dejar de juzgarnos y empezar a impulsarnos.

💜 Mi querida mujer, deseo con el alma que encuentres tu lugar en este mundo tan complejo. Que alcances cada uno de tus sueños. Que la lucha que llevas dentro dé frutos. Que aquella niña que un día fuiste te mire y te diga con orgullo: Sabía que podrías lograrlo.

Eliza Flores.